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Demolición

Caratula de "Demolición" (2016) - Pantalla 90

Crítica:

Público recomendado: Jóvenes / Adultos 

Demolición es la nueva película de Jean Marc-Vallée, director de Dallas Buyers Club y Alma Salvaje. En esta ocasión trae la historia de Davis, un hombre que pierde a su mujer en un accidente de coche y que se descubre extrañamente tranquilo ante este hecho, evidenciando un claro trastorno emocional.

Con una línea argumental plagada de inteligentes toques de humor, un guión ingenioso y fresco, y con un ritmo genuino y muy dinámico defendido por un montaje exquisito, vamos siguiendo los pasos de Davis en la búsqueda que inicia: búsqueda de sí mismo, de su identidad, de la libertad y de una vida cumplida. El personaje, que comienza a comportarse como un niño en un mundo de adultos, se dedica a intentar encontrar su sitio. Este camino lo recorrerá acompañado de Karen (Naomi Watts), quien también tiene una situación compleja y la afronta de un modo particular.

La película reclama a buscar el lugar de uno en el mundo. Aunque la propuesta de fondo incluye una destrucción de lo vivido, que puede convertirse en la defensa de la negación de lo que no se quiere mirar a la cara, incluso cuando se trata de la viudez. Esta propuesta, que acompaña el título de la película, puede ser lo más parcialista a la hora de afrontar la situación de búsqueda de la identidad que abarca la película, pero, por lo demás, la historia elabora un retrato bastante real, capaz de calar en el espectador y en el que puede descubrirse mucha relación con uno mismo.

Demolición presenta, con un reparto que incluye a Jake Gyllenhaal y Naomi Watts, a gente perdida en busca de certezas, de seguridades, y que tiene la oportunidad de buscarlas en compañía de otros que persiguen lo mismo. A través de niños en cuerpos de adultos uno puede descubrirse a sí mismo reflejado en las posturas de estos personajes dentro del mundo civilizado y organizado. Estas muestras tan profundas de la interioridad humana que los personajes plasman son un ejemplo de cómo el cine actual se atreve a abarcar cuestiones más profundas que quizá no hayan sido especialmente puestas sobre la mesa hasta ahora. Y consiguen establece un diálogo directo entre público y cineasta, y demostrar que el cine tiene que ver con uno mismo.

Estamos ante un interesante relato que quiere detenerse en la inconsistencia del ánimo cambiante, de las certezas humanas, y que se zambulle en una exploración intimista acertada y verdaderamente interesante. ¿Qué es ser uno mismo? ¿Qué es la libertad? ¿Implica no seguir los ritmos de la sociedad? ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? Quizá verse reflejado en ciertas partes de la película o sentir rechazo por otras puede ayudar a plantearse estas preguntas con cierto compromiso.

 

 

 

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