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Día de Patriotas

Caratula de ""

Crítica:

Público: Adultos (imágenes)

 En plena tensión internacional entre EE.UU. y Corea del Norte y tras los últimos ataques terroristas, nos llega una historia basada en el atentado de la Maratón de Boston de 2013. La película esta narrada desde el punto de vista del oficial de policía Ed Davis (Mark Wahlberg), que investiga los acontecimientos, mostrándonos con todo detalle la persecución posterior. Peter Berg (Marea negra/2016, El único superviviente/2013) nos presenta una historia basada en hechos reales donde los propios protagonistas nos dicen con su experiencias, algunos de ellos hasta con dos piernas amputadas, que el mal no tiene la última palabra y que las situaciones límite pueden ser, paradógicamente, ocasión de crecimiento.

La narrativa de este director resulta sencilla pero firme. Dos horas de acción con unos personajes muy bien engarzados en una historia que nos alcanza a todos. Peter Berg parece querer llevar a sus personajes a situaciones límites donde poder poner a prueba la bondad de la naturaleza humana. En este caso, la sacudida no nos viene por un pozo petrolífero, como ocurre en su otra película Marea Negra, sino por una bomba que estalló en mitad de un maratón en la ciudad de Boston. En este sentido, las situaciones límites son un escenario perfecto para desmontar la autosuficiencia posmoderna que nos afecta a todos.

El pueblo americano, al igual que el alemán, ha estado haciendo en las últimas décadas una especie de purificación visual de sus propios fantasmas, con películas que ayudasen a mirar el drama aún vivo del terrorismo (World Trade Center/2006, Tan fuerte, tan cerca/2011, La noche más oscura/2012, o la serie de T.V. Homeland). O el pueblo alemán con la herencia histórica del genocidio judío (La vida de los otros/2006 , El Hundimiento/2004 o La Conspiración del Silencio/2014 ).

También Enrique Urbizu consiguió mostrar los miedos del pueblo español tras el 11-M (“No habrá paz para los malvados”), o Clint Eastwood con el 11-S (Mystic River/2003) o incluso Spielberg con el conflicto tan delicado entre Israel y Palestina (Munich/2005).

Pero a pesar de mostrar con rotundidad y precisión estas heridas, que deben ser miradas y sanadas, pocas veces las propuestas cinematográficas han conseguido traspasar el miedo y la culpa. En el mejor de los casos, mostraban situaciones de “espera” donde los protagonistas quedaban con su necesidad existencial a flor de piel, anhelando que alguien les redimiera. Pues bien, es una bella sorpresa ver cómo Día de Patriotas consigue ir más allá del miedo, gritándonos que el mal no tiene la última palabra sobre nuestra vida y que aún en circunstancias difíciles es posible estar agradecido.

Resulta pues una propuesta más que notable donde, a pesar de tener imágenes violentas que puedan dañar la sensibilidad, nos muestran una interesante alternativa al odio como respuesta ante el mal. De hecho esta forma de nombrar al ciudadano de a pie como herramienta de cambio choca con el patriotismo extremo actual en América, donde parece que se justifican políticas exteriores agresivas. Y a pesar de estar esta reflexión en la película, al final termina transmitiendo cierta sensación de patriotismo que podría llevar a pensar justo lo contrario.

En fin, uno de los mejores estrenos de las últimas semanas con personajes muy humanos y secuencias de acción muy bien rodadas, que aunque presenta un tono patriótico deja espacio a que la humanidad de los personajes respire y tome el protagonismo que merece. No se la pierdan.

 

 

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