Crítica:
Público recomendado: jóvenes y adultos
Con la comedia surrealista La Bahia, que se estrena en España el 21 de Abril 2017, el director Bruno Dumont vuelve al gran público. Después de la sensacional miniserie El pequeño Quinquin (2014), Dumont nos presenta una historia con rasgos de humor negro y espíritu satírico, que narra las aventuras estivales de la familia burguesa Van Peteghem. La correcta y decadente exitencia de los Van Peteghem en su residencia de improbable estilo egipcio, a los pies del Canal de la Mancha, se cruza con la venida de dos cómicos personajes: los investigadores Machin and Malfoy (que recuerdan al Gordo y el Flaco), recién llegados para inspeccionar unas misteriosas desapariciones ocurridas en la región.
Junto a la trama de las desapariciones, el relato gira en torno al desarrollo de una historia de amor entre la joven Billie – sobrina de la pareja Van Peteghem (protagonizada por Valeria Bruni Tedeschi y Fabrice Luchini)- y un sujeto sospechoso proveniente de una turbia familia de pescadores. El enigma parece estar relacionado con esta familia y su “benéfica” actividad de transporte turístico en el Canal – presagio que pronto se volverá en tragica verdad.
La aparente armonía que los Van Peteghem logran mantener a pesar de los funestos acontecimientos sufrirá un choque mayor con la llegada de la hermana de André, Aude (Juliette Binoche), una mujer excesiva, vanidosa, en un personaje que concentra y representa sin embargo las contradicciones humanas y sociales que el director quiere destacar.
El tono de la película es a veces exagerado y tiene escenas que quieren ser cómicas pero que no llegan a serlo tanto (hay varias escenas de caídas como las que representan al jefe de policía que por ser tan obeso baja la playa rodando). A través de un mosaico de situacciónes absurdas, Dumont plantea implícitamente una serie de cuestiones sobre la sociedad, los instintos, la moral.
La fotografía de la película está relativamente conseguida y los actores bien en sus personajes, aunque este rol cómico de Juliette Binoche no es comparable a sus mejores actuaciones dramáticas, que ya conocemos.