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Logan

Caratula de "Logan"

Crítica:

Público adecuado: Adultos

Hugh Jackman se despide de Lobezno, el personaje que le otorgó la fama, con la mejor de todas sus películas, una hermosa historia crepuscular plena de emoción.

Un Lobezno envejecido y cansado vive oculto junto al profesor Xavier, pero pronto se verá obligado a volver a la acción para proteger a una misteriosa niña mutante.

Tiene mucho mérito que James Mangold ofrezca esta muestra de cine de súper héroes serio, adulto y reflexivo, en una época que parece dominada por el colorido y el humor del universo Marvel, así como por la irreverencia gamberra de Deadpool.

Logan trata de personajes con poderes, pero no es una película para niños. No sólo por el alto grado de violencia, necesario en este caso para la historia que cuenta (recordamos que la película está clasificada para adultos), sino también por los conceptos que maneja. Nos hallamos ante una historia con aire de western crepuscular (como nos recuerda Mangold mostrando una escena de Shane), en la que se reflexiona sobre la violencia y la marca indeleble que deja en quien la ejerce; el paso del tiempo, la muerte y el legado que dejamos a las futuras generaciones; el sentido de la vida a través de la entrega a los demás… todo ello integrado en una historia sobre la redención con connotaciones religiosas (no en vano Logan busca un lugar llamado Edén) y fondo elegíaco. Podríamos decir que Logan es una versión de Sin Perdón adaptada al género de súper héroes, donde incluso hay espacio para la auto-reflexión sobre los comics que sirven de base al género (igual que en la película de Eastwood se reflexionaba sobre la literatura que idealizaba el salvaje Oeste).

Mangold desarrolla la historia con el ritmo adecuado, sin prisa pero sin dejar respiro al espectador, combinando los debidos momentos de acción espectacular con otros más reflexivos, en un todo perfectamente equilibrado. Posiblemente el culmen de ese equilibrio esté en la idea de hacer que el viejo Logan tenga que enfrentarse a un furioso y joven clon de él mismo, simbolizando así su lucha interna con el animal que lleva dentro, y que le ha llevado a dañar a mucha gente a lo largo de su vida. Del mismo modo, ese profesor Xavier al que mantiene drogado y encerrado viene a representar su conciencia reprimida, el recuerdo de la mejor versión de sí mismo en la que ya no parece creer, de cómo en cierto tiempo llegó a dedicar su vida a ayudar. Un Logan que volverá a florecer en el atardecer de su vida.

Nos encontramos ante un perfecto ejemplo de cine comercial de calidad, inteligente, de valioso contenido humano, y a la vez entretenido y espectacular.

 

 

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