Crítica:
Público recomendado: jóvenes y adultos
Orbita 9 es el primer trabajo como directór de Hatem Khraiche, ya conocido por la crítica cinematográfica gracias a sus guiónes de películas cuales La cara oculta (2011) y Retornados (2013).
La película es una historia de ciencia ficción meritoria, que tiene como protagonista a Helena, una joven predestinada desde la cuna para una misión especial que parece que deber decidir el destino de la humanidad. Helena, interpretada por la actriz Clara Lago en una excelente y delicada asunción de su personaje, vive en una condición de aislamento total debido a la presunta tarea que se ve destinada a asumir sin poder de decisión desde cuando era niña. De buen o mal grado, con más o menos conciencia, Helena cumple diligentemente todos los deberes que le son asignados por una anónima autoridad externa. Su vida resulta quedar así, en espacio y tiempo, exclusivamente constituida y marcada por la “órbita” de la que ella nunca pudo salir.
La rutina en la que vive será hecha pedazos por la inesperada llegada de Alex (Álex González) que, además de ofrecerle una compañía que estaba deseando, y despertar en ella sentimientos de attración y amor por primera vez, la llevará a concer un mundo todavía desconocido, el mundo en el que viven los humanos.
Órbita 9, sugún las mismas palabras del director “es un thriller romántico trepidante. Una historia de amor que se desarrolla en el contexto de un experimento científico a escala planetaria”. Aunque a veces en un ritmo algo trepidante, en la película se plantean cuestiones fundamentales sobre los límites de lo humano, la relación entre hombre y naturelaza, así como la relación –que aquí parece hacer referencia al legendario film de Tarkovsky Solaris– entre amor y conocimiento (ciencia).