Crítica:

Público recomendado: jóvenes y adultos

Redención, ultima película del director Antoine Fuqua (Training Day, Asesinos de reemplazo, Tears of the Sun, King Arthur, Shooter y Brooklyn’s Finest) da vida a la historia del boxeador Billy Hope, un hombre cuya biografía se desarrolla a través de un entrelaziamiento de dramas personales y deportivos.

“Redención” es precisamente la palabra clave para describir el recorrido de Hope: su existencia, de hecho, de repente se ve marcada por un acontecimiento trágico que necesitará toda la fuerza de voluntad y la libertad del protagonista para no ser totalmente y definitivamente succionada por el dolor.

Billy Hope – protagonizado por un Jake Gyllenhaal en una version “potenciada”, dado que el actor tuvo que ganar 18 kilos de masa muscular para interpretar al boxeador – se presenta al comienzo de la película como un hombre de éxito en todos los campos. Claramente, sus glorias deportivas hacen que pueda permitirse una buena vida, donde no faltan ninguna de las comodidades que caracterizan la vida de una “celebridad”. Una casa de lujo, medios economicos para cumplir todos los deseos de sus allegados y –esta vez con un toque de suerte – una familia compuesta de dos mujeres maravillosas, la esposa Maureen (Rachel McAdams) y la hija Leila (Oona Laurence), todavia pequeña pero en algunos puntos con una madurez fuera de lo comun. Dicha madurez parece no ser una casualidad – de algunas escenas del film en efecto se desprende que Billy es una personalidad compleja con un pasado problemático, no exento de episodios de violencia; tampoco resulta ser una casualidad el hecho de que Billy tenga una mujer tan cariñosa y comprensiva con él. Las dos mujeres de facto están acostumbradas a las explosiones de ira de Billy e intentan mantener en él un equilibrio emotivo que en realidad acaba por hacerlo irresponsable.

Será precisamente el fallecimiento de Maureen a causa de un tiroteo “accidental” la trágica ocasión para que la frágil estabilidad emocional de Hope se derrumbe y entre en un dramático camino de comprensión y aceptación.

Probablemente inspirada por películas como Toro Selvaje y Rocky Balboa por sus trasfondos de barrios negros y la idea de una coincidencia de la lucha moral y deportiva, Redención exhibe a veces rasgos de una historia ya conocida, donde en algunos puntos la falta de capacidad de profundización psicologica del director se ve compensada por una intensificación de la estética del cuerpo y de las escenas sensacionalistas. Lo que quizá marca la diferencia en la película de Fuqua es su decisión de resolver el drama en clave paterno-filiale: de hecho Leila será la verdadera razón por la cual Billy podrá encontrar la fuerza para seguir adelante, y en este sentido el director logra perfilar con relativo éxito la relación entre los dos, ofreciendonos momentos de conmoción.