Crítica:
Público recomendado: Familiar
Tadeo Jones vuelve a adentrarse en una aventura. Esta vez su viaje comienza cuando llega a Las Vegas para ver la presentación de su amiga Sara Lavroff, la arqueóloga más importante de su tiempo, pero las cosas se tuercen cuando un malvado ricachón la secuestra para que le indique donde se encuentra el Collar de Midas, el rey que convertía en oro todo lo que tocaba. Así, Tadeo se verá obligado a emprender un viaje para poder salvar a Sara y evitar que los villanos se hagan con dicho poder.
Nos encontramos ante la secuela de Las Aventuras de Tadeo Jones (2012), dirigida de nuevo por Enrique Gato, conocido también por ser el director de Atrapa la bandera (2015). A pesar de que la primera entrega de esta película fuera bastante aclamada en el entorno español, debemos resaltar la gran mejora que ha presentado esta segunda parte. Desde la calidad de animación, pasando por el diseño de los personajes, hasta el desarrollo de los diálogos y el uso del humor.
Su estilo parece no estar desarrollado al 100% todavía, pero sí que tiene un cierto toque propio que la hace especial y que consigue diferenciarse de otras producciones. Aquí, como ya hemos dicho anteriormente, destacamos su humor, sobre todo los guiños a los estereotipos y a la cultura española, pues al no estar acostumbrados a ver este tipo de referencias en el cine de animación resulta refrescante y nos permite sentir una mayor conexión con los personajes. En este aspecto tenemos que destacar la caracterización de los mismos (acentos, gestos, vestimenta), consiguiendo que cada uno sea único, y la sorprendente ambientación de cada escenario, resultando ser muy fiel a la vida real y haciendo que cada lugar tenga su esencia propia.
Sin embargo, uno de sus pocos errores ha sido caer en el uso de ciertos clichés como el del “acto de amor verdadero” que permite salvar a una persona, bastante previsible y demasiado utilizado por otros grandes estudios (como Disney) en varias de sus producciones. Además, debe tener mucho más cuidado a la hora de planificar ciertas escenas, pues posee algunos fallos de raccord que le hacen perder calidad a la película.
En resumen, este film, a pesar de no ser perfecto, resulta muy divertido para todos los públicos, y además, posee unos valores muy claros sobre el honor, la valentía, la amistad y el amor, haciendo que no solo tenga un enfoque cómico, sino también educativo y moralizador. Sin duda, un paso acertado en el mundo de la animación española.