Crítica:
Público recomendado: jóvenes y adultos
Con Una razon para vivir, film inspirado en la verdadera historia de los cónyuges Cavendish, padres del productor de la pélicula, Johnatan Cavendish, Andy Serkis hace su debut como director. Basada en el guión del escritor que ha sido nominado al premio de la Academia dos veces, William Nicholson, la historia centra en la relación entre enfermedad y amor, o, mejor dicho, en el poder curativo de este último. Esta idea, aunque en las primeras escenas de la película pueda parecer expresada de manera tal vez convencional, toma, al desarrollarse en la narración, una forma más nítida y concreta: se trata de cómo la perseverancia y la confianza de una mujer pueden rescatar a un hombre, o incluso una enfermedad.
Lo que surge entre Robin Cavendish (interpretado por Andrew Garfield) y la hermosa Diana (Caire Foy), que se conocen en la curiosa ocasión de un partido de cricket, es amor a primera vista: a pesar de las resistencias de los familiares de ella, los dos se casan y pronto se van a Kenia por los asuntos de Robin. Allí pasan alegremente sus primeros momentos de recién casados, entre amigos, juegos, paisajes preciosos y ricas comidas… Sin embargo, la inocente felicidad de la que goza la pareja es de repente interrumpida por un grave acontecimiento: Robin queda paralizado al contraer polio, enfermedad irreversible que, según los médicos, le dejará solo pocos meses de vida.
En las secuencias de escenas en el hospital, la lucha entre la depresión y el consiguiente cierre de Robin y los intentos de su mujer para despertar en él de nuevo la fuerza de querer vivir son representados en toda su humanidad. Sin conceder descuentos sentimentales, Diana enfrenta la situacción con buen pulso y con un realismo lleno de cariño, hasta lograr sacar a su marido del hospital y encontrar maneras ingeniosas para que él pueda sobrevivir en casa, rodeado del afecto familiar. Este, de hecho, dona a Robin una nueva energía y positividad, que lo harán protagonista de una historia de rescate de esta enfermedad que sufren muchos hombres en su época, y de la que todavía no se había encontrado una cura “digna”.
Una razon para vivir es una historia conmovedora, que con un justo toque de romanticismo logra introducir al público en un asunto histórico problemático como el de la polio y en la manera en que se afrontaba, por aquel entonces, en los hospitales, tanto a nivel médico como humano. A la vez, es un cuento del quieto coraje que se requiere para abordar un tema de gran repercusión social; esto, justamente, gracias a las posibilidades que se abren en la vida cuando uno deja espacio al amor y a la positividad que le se ofrecen.