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Almas condenadas

Caratula de "Almas Condenadas"

Crítica

A propósito del estreno de su última película, Sin identidad, su director, el español Jean Cullet-Serra, declaró que en Hollywood existen ciertas películas en las que antes de que se haya rodado un solo plano, ya saben cuanto se va a recaudar.

Son películas baratas, sin riesgos y ganancias garantizadas. Eso es lo que fue el primer film de Cullet-Serra en Hollywood, La casa de cera, y eso es también lo que viene haciendo ya demasiados años Wes Craven, películas baratas, sin riesgos y con unas ganancias mínimas garantizadas. A veces se produce una sorpresa y una de esas películas baratas de ganancias rápidas y fáciles se convierte en todo un fenómeno y quintuplica su recaudación, como sucedió con Scream, pero esto no quita que aquella película estuviera hecha con ese espíritu recaudador escaso de riesgos.

Almas condenadas, no por casualidad, de Wes Craven, es precisamente esto. Una película barata, cuyo margen de riesgo y beneficios probablemente esté perfectamente medido. Y no me extraña, porque Almas condenadas está cortada, al dictado, por el mismo patrón que la saga Scream. Personajes adolescentes absolutamente vacíos de cualquier interés, instituto y desde luego, asesino misterioso cuyo único interés residirá en saber quien de los adolescentes se esconde tras la siniestra máscara del aquí llamado “destripador”. El problema por tanto, de una película como Almas condenadas, es que al disponer de unos personajes tan banales y aburridos, sus hipotéticas relaciones no interesan y siempre que no haya una cuchillada de por medio, el sopor invade la sala.

Bien es verdad que los antecedentes estaban bastante claros y que una película como Almas condenadas no engaña a nadie. El que pague por ir a ver esta película de Wes Craven no debería sentirse en absoluto defraudado. Y eso que la película no empieza mal, o por lo menos, hace esperar un film como mínimo divertido y hasta un punto hilarante. En los primeros y escasos cinco minutos de película, Almas condenadas riza el rizo de lo rizado para una vez vuelto a rizar no dejar de rizarlo una vez más y cuando creíamos que ya habíamos terminado, rizarlo todavía una vez más. Pero la hilaridad de la propuesta termina aquí y la supuesta diversión de la película se difumina en otra aburrida historia más de adolescentes que son asesinados uno a uno. No hay nada más de interés en la película. Sus actores son bastante malos, la historia es completamente inverosímil y las situaciones y muy especialmente alguna de ellas (el clímax final) completamente absurdas. No hay tensión, ni suspense ni nada que se le parezca. Wes Craven filma muy bien las escenas de terror es cierto, pero eso no es ni de lejos, suficiente.

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