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Glass

Caratula de "Glass (Cristal)"

Crítica

Cuando M. Night Shyamalan estrenó El protegido lo hizo teniendo en mente una trilogía.

Lo que ocurre es que el film no funcionó en taquilla como se esperaba, o al menos eso es lo que sus responsables pensaron. Viniendo de un éxito de masas como El sexto sentido (672 millones en todo el mundo) las cifras de El protegido (248 millones) supieron a muy poco de modo que se descartó cualquier posibilidad de continuar con la historia de David Dunn.

Sin embargo, El protegido, como el buen vino, comenzó a ganar enteros con el tiempo. De pronto, las ventas en DVD se dispararon y lo que en un principio se interpretó casi como un fracaso se convirtió, de la noche a la mañana, en un film de culto. No solo el público comenzó a valorarla a posteriori sino que cierto sector de la crítica también terminó entonando el mea culpa. Al final, Shyamalan se encontró con la circunstancia de que no pasaba el día que lo pararan por la calle y le preguntara por la secuela de El protegido.

Shyamalan, eso sí, decidió hacerlo a su manera. Tiró en un viejo personaje que descartó en el último momento de El protegido, se llamaba la bestia, y lo dio su propia película. Mientras estábamos viendo Múltiple nadie sabía que en realidad era una secuela de El protegido o por lo menos, un film que encajaba dentro de su universo y que estaba destinado a una confrontación a tres bandas, David Dunn, la bestia y Don Cristal.

Esto último es lo que nos propone Glass, lo hace, no obstante, con casi veinte años de separación entre una y otra película. De hecho, esto es probablemente el principal obstáculo con el que se tenía que enfrentar Shyamalan, proporcionar cohesión y unidad a dos películas como El protegido y Múltiple, separadas por más de una década.

Cuando Shyamaln hizo El protegido era un director atrevido que lo tenía todo, valiente y osado. Pero cuando el cineasta rodó Múltiple ya Shyamalan ya estaba de vuelta. Había experimentado en sus propias carnes el agrio sabor del fracaso (La joven del agua) y lo había hecho con películas pequeñas (El incidente) y con títulos muy caros (Airbender) y con grandes estrellas de Hollywood (After Earth). Shyamalan, sin dejar de ser bueno, ya no es tan atrevido, valiente y osado.

El resultado final de Glass se acerca más a Múltiple que a El protegido aunque con el regusto de la segunda. Esto hace que la última película de Shyamalan resulte quizá algo más convencional y sobre todo, acerque a cierto sector del público a un personaje, seguramente desconocido para muchos, como David Dunn. Esto no quita, no obstante que Glass se sitúe muy por encima de la media. A efectos prácticos es un peliculón. Tiene algunos defectos (dura demasiado, da excesivas explicaciones, se echa en falta la osadía de la puesta en escena de la primera, pierde el factor sorpresa, su carácter trascendente es bastante más prosaico…) pero en conjunto es una cinta muy estimable. Mantiene la atención casi intacta durante sus dos horas largas de metraje, volver a los personajes de Willis y Jackson siempre resulta un añadido extra y lo habituales y cada vez más sorprendentes giros de Shyamalan hacen de Glass una película redonda como producto de entretenimiento. Se queda a cierta distancia de El protegido pero eso es porque no todos los días se hacen obras maestras.

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