Crítica
Se trata de la primera película distribuida por SolotresD, empresa dedicada sólo a contenidos realizados para proyectarse en sistema estereoscópico. En ella se narra el extraordinario viaje de una tortuga marina llamada Sammy a través de las aguas del mundo.
Desde el nacimiento del protagonista hasta su madurez, se asiste a su encuentro con la amistad y el amor, así como su convivencia con los humanos y otros animales.
El mensaje de esta cinta, dirigida por Ben Stassen, es claramente ecologista. En ella, se insiste en los peligros que representan para las tortugas marinas otros animales y de manera especial, los seres humanos. Por eso, éstos últimos se muestran como agentes indispensables para la conservación de las especies. Asimismo, se apunta, sin mayor hondura, a cuestiones como la necesidad de encontrar un propósito en la vida y a alguien con quien compartirlo. También destaca el valor de la amistad y de la solidaridad.
La historia está dirigida a un público amplio que pone su acento en los más pequeños. En algunos pasajes recuerda a Buscando a Nemo, aunque su trama resulta algo episódica y menos emocionante que la producción de Pixar. Con todo, se trata de una película entretenida y sorprendente en el terreno visual. El aprovechamiento del 3D exhibe una impresionante recreación del fondo marino y de otros escenarios en los que esta técnica realza la acción de las escenas. La banda sonora resulta agradable y divertida, pues recoge algunos clásicos de la música popular, que los adultos reconocerán de inmediato. Sin duda es una buena opción para toda la familia.