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The Guilty

Caratula de "The Guilty"

Crítica

Público Recomendado: Adulto

Se hará un remake de esta película. Sin duda. Estados Unidos sabe que Dinamarca es única haciendo thrillers, dura competente de Corea del Sur: su clima frio, la fama de sus gentes de coetáneos ese clima, sus parajes nevados (y por ende, también fríos); su historia llena de claroscuros y lugares tenebrosos, famosa por sus príncipes locos; la Iglesia danesa, dura defensora del luteranismo que lucho con virulencia contra el catolicismo. Dinamarca. Sus escritores y directores de cine han diseccionado a fondo la sociedad danesa como maestros neurocirujanos, pero también han sabido extrapolarlo al resto del mundo. De sus blancas laderas han salido nombres como Thomas Vinterberg, Carl Theodor Dreyer, Susanne Bier, Nicolas Winding Refn y el enfant terrible del cine europeo: Lars Von Trier. Con semejante panorama, entra el escritor pasado a director Gustav Möller con la presente obra: The Guilty. Opresiva, asfixiante, minimalista, fría como el hielo y desasosegante. Un pequeña joya, directa y con un pulso narrativo terriblemente bien hilado.

La historia es sencilla: un policía relegado de su puesto recibe una llamada de una mujer en apuros. En ese espacio limitado, el policía debe tratar de ayudarla como sea. Dos teléfonos, la pantalla de un ordenador y un actor, esos son los elementos que conforman la presente obra. Cierto es que a estas alturas es difícil sorprendernos con propuestas de este tipo después de haber pasado por el aro de La soga, 12 hombres sin piedad, Última llamada, Enterradoo Lockepor citar algunos ejemplos representativos. Aun así es muy atractivo ver cómo el director se desenvuelve en su planteamiento, de qué forma pretende engancharnos a la trama y hacer creíble la razón de su intención de grabar con elementos tan mínimos. Muchas de estas obras fallan por su falta de coherencia e intentos forzados por sorprender al espectador, pero cuando su creador se las apaña para armar su juguete con precisión y buena mano, el resultado impresiona. Este es uno de los casos, una pequeña obra que juega con el tiempo mediante un solo actor interactuando con voces que no vemos; confeccionando una atmosfera casi agobiante. Se diría que un arco celestial rodea el espacio en que se produce la acción, un arco lleno de desdén e impotencia, muy parecido a aquella maravilla de 2012, Compliance(muy recomendable si no la ha visto y si posee una mente fuerte). Una obra en que el director obliga al espectador a participar y rompa con su papel de actor pasivo: juntos, película y espectador, construyen la trama.

En definitiva: un thriller brillantemente construido, muy bien dirigido con una potente interpretación de Jakob Cedergren y una desasosegante puesta en escena.

 

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