Crítica
Público Recomendado: Jóvenes y Adultos
Y vuelve los viajes en el tiempo (si se me permite la redundancia del concepto). ¿Recuerdan ese periodo comprendido entre el 2000 y el 2005, cuando las películas sobre bucles y viajes temporales eran casi continuas? A saber: Frecuency, El efecto mariposa, The Jacket, Timeline, El sonido del tueno, Primer, la tercera entrega de Terminator, Donnie Darkoy largo etcétera. Algunas mejor que otras, otras pequeños homenajillos con un agradable tufillo a Serie B; en otra liga juegan esas joyas celébrales que asaltan los nervios y ponen a prueba la paciencia y comprensión del espectador. Personalmente, las películas definitivas sobre viajes en el tiempo son dos: The Navigator: Una odisea en el tiempo de Vincent Ward y el mediometraje de Chris Marker La Jetée. Muy recomendables ambas. Y ahora, a la sombra del fenómeno televisivo El ministerio del tiempoy años después de impactar con la brutal y fenomenológica Los cronocrimenes de Nacho Vigalondo llega esta: Después de la tormenta de Oriol Paulo, un jueguecito mental ligero, muy entretenido, bien dirigido y muy digno en su resultado final.
La trama nos presenta a una familia que acaba de mudarse a una casa donde hace años, los anteriores inquilinos fueron víctimas de una tragedia. Una noche, tras una gran tormenta se produce un fenómeno que se manifiesta en forma de efecto mariposa y que cambia para siempre la vida de todos los implicados. Poco más se puede decir de la trama puesto que Paulo juega sus cartas con la sabiduría que el paso de los años y su altísima experiencia en el mundo del thriller le han dado. La premisa parte de una primera parte muy similar a la ya citada Frecuency, con algún que otro eco al terrorífico mundo creador por la prodigiosa mente de Jamin Winans en Frame: el pasado de una realidad alternativa y futuro de otra, unidos por una casualidad a través de un aparato televisivo. Con pulso firme y mano experta (y algún que otro giro de guion tramposillo propio de la casa), el film evoluciona en una obra de suspense tensa y con momento desasosegantes; con guiños al cine más ochentero como Noche de miedoy El sótano del miedo. Sin embargo la identidad final queda poco un perdida entre tanta referencia y la película acaba por “americanizarse” en su forma y contenido con personajes más propios de las películas del otro lado del charco, un fenómeno bastante frecuente hoy día en el cine español.
Sin duda, este es el año de Chino Darín, el hijo del magnífico actor Ricardo Darín, que viene de participar en dos de las mejores películas del año: El ángely La noche de 12 años. Poco a poco, el actor empieza a labrarse su personalidad. El resto de reparto está correcto: su protagonista, Adriana Ugarte, como siempre, creíble y bien interpretado su rol. La agradecida presencia de Javier Gutiérrez hace contra peso, dando a la cinta un cariz oscuro que le añade algo de encanto.
En definitiva: un buen producto de entretenimiento, muy por encima de la media de algunos de los taquillazos más destacables del mes. Bien dirigida por la mano del experto Oriol Paulo, con alguna que otra trampa y patinazo de guion, pero pasable tiendo en cuenta las intenciones finales del film.