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Winter’s bone

Caratula de ""

Crítica

En los últimos años, entre todas las candidatas a los oscars, nos encontramos con una pequeña representación del llamado cine independiente estadounidense. Películas como Pequeña Miss Sunshine, Juno o Precious sorprendieron en ediciones anteriores.

Este año le ha tocado el turno a Winter’s bone, que se presenta en esta edición con cuatro candidaturas importantes: mejor película, mejor guión adaptado (Debra Granik y Anne Rossellini), mejor actriz principal (Jennifer Lawrence) y mejor actor de reparto (John Hawkes). Sin llegar a estar a la altura de Juno o Pequeña Miss Sunshine, Winter’s Bone es una película interesante que ha conseguido triunfar en el conocido festival de cine independiente de Sundance, dirigido  por Robert Redford.

Ree Dolly, una chica de 17 años de un pueblo de Missouri, se encuentra en una situación dramática cuando el sheriff le comunica que su padre, en libertad bajo fianza, no se ha presentado ante las autoridades y se encuentra desaparecido. La joven, que tiene bajo su responsabilidad a sus dos hermanos pequeños y a su madre trastornada, se ve obligada a buscar a su padre para evitar el embargo de la casa donde viven. Emprende así una búsqueda en el sórdido círculo de relaciones de su padre, envuelto en el mundo de la droga.

Lo más destacable de la película es el clima creado por la directora. Un ambiente oscuro y desesperanzado en el que sólo encontramos un punto de esperanza encarnado en la protagonista, que interpreta magníficamente la actriz Jennifer Lawrence, justamente nominada al oscar como mejor actriz principal. Nos presenta una visión cruda de la América profunda que nos recuerda en muchos momentos a Fargo, más por el clima creado que por la historia, apareciendo todas las imágenes habituales que encontramos en las películas que muestran el sur de Estados Unidos, como el sheriff, el concierto de country… Todo ello presentado con una preciosa y sombría fotografía. El ritmo sosegado y la naturalidad de los actores hacen que sorprenda su nominación como mejor película, ya que no parece un ritmo fácilmente digerible para el gran público.

En definitiva, una buena película que destaca, más que por su guión y por la historia, por la inquietante atmósfera creada, por el mensaje esperanzador que supone la lucha de la joven contra todas las dificultades en medio de un panorama devastado por la droga y por una gran actuación de la protagonista.

Ezequiel de Diego

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