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Asher

Caratula de "Asher"

Crítica

Público recomendado: Adulto

Parker, una película poco valorada e incluso recibida con frialdad en su día es una de esas películas que se ganan nuestro cariño por algo tan simple como son sus intenciones: dan lo que prometen. En ningún momento van más allá de la mera pretensión de ser un ejercicio de serie B bajo una apariencia de película-típica-hombre-mata-malos que lleva su premisa a niveles tan socarrones y poco realista que es imposible tomársela en serio. La cinta de Taylor Hackford (de la cual me declaro muy a su favor) es una de esas obras que han seguido la senda comenzada por Jean-Pierre Melville en su brillante cinta Le Samouraï: nihilista, violenta, directa, oscura; con un protagonista sin nada que perder que se arroja al abismo sin ni si quiera temer a la oscuridad ciñéndose sobre su persona. Desde entonces hemos tenido cientos de ejemplos como A quemarropa, Leon: el profesional, Nikita y la mencionada Parker. Asher no es una excepción y es que, a pesar de los errores propios de un director y un guionista poco cuidadosos, no se puede negar que cumple con creces un objetivo concreto: el hacernos pasar un rato tremendo viendo una película de acción de las de antes. Es disfrutable, es medianamente grosera, violenta y con un protagonista que hace subir unos puntitos más la media del film.

Asher es un asesino a sueldo que está en el ocaso de su vida: se hace mayor y ya no está para los mismos trotes que antaño. Uno de sus trabajos se tuerce, de tal suerte conoce a una joven con la que empieza a verse. Pero Asher no tendrá las cosas fáciles cuando ciertas personas amenacen su vida. Una cosa hay que admitir: Michael Caton-Jones, el director, no es un gran director… Aun así nadie puede negar su solvencia a la hora de abordar proyectos de este tipo. Para el recuerdo queda su alucinante y violentísima cinta de aventuras Rob Roy, la pasión de un rebelde. Sabiendo que estamos ante un director así solo nos podemos esperar lo que ya nos venía ofreciendo de antes (saltando ese horrible tropiezo que es Instinto Básico 2). La historia no tiene gran originalidad pues nos muestra al típico personaje de buen corazón pero que hace lo que debe hacer para vivir, a pesar de arrepentirse de sus acciones; pero las escenas de acción son tan enérgicas y tradicionales que no tiene queja alguna. Cierto es que la tremenda necesidad de introducir siempre un trama romántica en cualquier producción lastra la película que no la necesita; esta no es una excepción. Esto unido a la timidez de la cinta a la hora de definirse como tal, crean en la película ciertos problemas de ritmo: no tiene comedia, pero tampoco quiere ser drama, ni un thriller. Las limitaciones que se autoimpone la cinta es lo que le impide destacarse como un producto con la mala leche suficiente como para vivir al lado de joyas del cine de acción actual como es, por ejemplo, la saga John Wick.

¿La atracción principal de la película? Ron Perlman. Verlo en su salsa es un gozo, sobre todo a la hora entrar en las escenas cuerpo a cuerpo. Es un actor hecho para los papeles de personajes que implican condescendencia, chulería y que imponen miedo. Es una pena que no le saquen todo el partido del que disponían.

En resumen: una buena película de acción que adolece de ser demasiado contenida, pero disfrutable y que ofrece un entretenimiento sano y despejado lejos de las manidas producciones que se ahogan en sus propias expectativas.

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